Recomendaciones Esteros

En estas recomendaciones, presentamos nombres de la literatura hispanoamericana, desde México hasta Argentina; escritores cuyas obras resultan ya necesarias para entender el momento histórico de nuestra literatura.

Por Carolina Zamudio


Reservas de visibilidad

De fulgores se componen los días. Encontrar de repente una escalera de piedra ablandada por el manso pregón del musgo. Descubrir un fotógrafo detenido en un parque, iracundo de eternidad ajena. Admirar una tarde, entre las islas, un alargado juguete de madera rodar sobre las tablas de un muelle. Hallazgos que nos llaman al orden, que ocupan el espacio de su revelación y arrojan para siempre su claridad inmediata. Y ya no podemos ser los mismos. Tantos hallazgos nos aguardan. Sólo por eso la vida parece ser eterna.

De vestigios se componen los días. Por ejemplo, cruzar un martes delante de la casa abolida. Y recuperar muros repletos de ladridos y sentir el viento lejano de las carcajadas como truchas transparentes luchando entre las camisas. Empuñar manijas. Repetir un nombre en el eco sin escapatoria de los baños blancos. Bajar por calles que obligan al pie a detener su impulso y a enderezar el cuello. Vestigios que nos llaman al orden, que ocupan el espacio de su revelación y
arrojan su claridad inmediata. Y ya no podemos ser los mismos. Tantos vestigios nos acechan. Sólo por eso la vida parece eterna.

Entre fulgores y vestigios.

Ramón Cote Baraibar Cúcuta, Colombia, 1963. Su primer libro fue publicado en 1984 por ediciones Arnao, de Madrid, donde se graduó en historia del arte en la Universidad Complutense. Al instalarse en Colombia, se dedicó a la publicidad. Ha publicado ensayos sobre poesía colombiana; en 1992, con el título de «Diez de ultramar» publicó una muestra de joven poesía latinoamericana.



Escritor premiado

A Susana Thénon

Si llegaras a ser un escritor premiado
prepárate a causarte una tragedia.

Que te rapten un hijo,
que te amputen un brazo,
que te viole una manada en un baldío.

Desea profundamente
ser lisiado o ciego,
haber quedado huérfana en la infancia,
ser vejada con un método maligno.

Ya vendrá el crítico.
Ya vendrá aquel colega
a predicar que te lo dieron tus amigos.

Si eres mujer, se cae de maduro:
con ese par de tetas
te lo has merecido.

Marisa Martínez Pérsico. (Buenos Aires, 1978). Poeta, crítica literaria y profesora universitaria. Ha publicado «Las voces de las hojas» (1998), «Poética ambulante» (2003), «Los pliegos obtusos» (2004) y «La única puerta era la tuya» (2015). Como investigadora ha publicado cinco monografías sobre literatura argentina, española y ecuatoriana del siglo XX y más de setenta artículos científicos. En 1995 obtuvo el primer premio de ensayo conferido por la UNESCO. Recibió la beca del Fondo Nacional de las Artes entre otras distinciones.



(Yo toqué la reina)

la soberana era la reina de Saba
o bien podía ser Diana, la cuestión no es la majestad
sino el golpe escrutador sobre el tablero.
Lo que un hombre sabe de otro hombre
es lo que el otro menos sospecha de uno
si se ha marchado a otra dirección
entonces el hombre es agua que fluye
siempre y suavemente sin estallido
sin traqueteo de huesos
sin risas en el oído
sin movilización social donde se combate la desconfianza
el ciclo gira sobre sí mismo,
porque donde uno ve una amapola
otro ve un monstruo descontrolado
la vida se convierte en la rueda sinfín
donde el hombre incrementa la confianza
es por la constancia
pero el otro duda en la misma calle
en la misma palabra
somos polillas que se baten contra la luz
en cada esquina colocan lámparas amarillas para ahuyentarnos
y los mosquitos y los insectos se estrellan sobre los cristales
esa manía que tiene el hombre por autodestruirse.

Marcos Rivadeneira Silva. Quito, Ecuador, 1963. Licenciado en Restauración y Museología. Ha publicado: «Hermano sol hermana muerte» (Editorial El Ángel, 2012), «La brazada final» (Casa de Cultura Ecuatoriana – El Ángel, 2014), «Los días de la aldaba» (Colección Sur de La Habana, 2015), «Sombra sobre sombra» (Editorial Imaginante Argentina, 2018), «Fragmentos Silva» (Editorial en Quito, 2018). Ha obtenido reconocimientos como el Premio Nacional de Poesía Paralelo Cero 2014.



La presencia en el jardín

Quien no se acerca no conoce
la íntima belleza
la comprobación sublime de la presencia
habitante del jardín
mientras el cirio encendido permanece impasible
y la copa de agua espera.

Sólo la profunda humildad mueve
la llave correcta
y el jardín se abre
con sus innumerables fuentes
sus flores
sus hermosos y esforzados cedros
y esa senda serpentina
que nuestra sandalia huella
paso a paso
por la ladera
mientras el águila en el cielo vela
y nuestro corazón golpea
cuidando no manchar la lavada túnica
con la oscura tierra de la ventolera.

Gary Daher. Poeta, narrador y ensayista boliviano. Autor de catorce libros de poesía. En 2018 se publicó en Madrid «Piedra sagrada», que reúne tres de sus recientes producciones poéticas. También publicó tres novelas, un libro de ensayos sobre poesía boliviana y otro con traducciones de Catulo y Safo. Varios de sus textos han sido traducidos al italiano, portugués e inglés.



Principios

En la foto se están besando en la boca. Mamá viste un traje dorado, tiene el pelo corto pegadito a la cara, los ojos cerrados y un cigarro en la mano. Papa, de negro y corbata, mira hacia otro lado. Detrás, la enamorada del muro, seguro era verano porque las hojas en otoño se ponen rojas y en esta el verde era intenso. Mi madre y mi padre se casaron en la casa. Mi madre fuma y está embarazada de mí. Mi padre hacia otro lado, siempre hacia otro lado. El origen es en la casa, con el casamiento de mi madre y mi padre.

Leonor Coirtoisie. Desde temprana edad se dedica a la práctica de las artes escénicas, el cine y la literatura. Coordina Salvadora Editora, es parte de Sancocho Colectivo Editorial. Colabora con el Semanario Brecha y Latin American Literature Today. Es miembro del Lincoln Center Lab de Nueva York y recibió el Premio Molière a la creación teatral. Su obra «Duermen a la hora de la siesta» obtuvo el Premio Nacional de literatura en la categoría Dramaturgia Inédita.



Van Goh deambula por ahí

Esta oreja crece como un gajo, resumo
en ella una canción dolida, tal vez
al rastreador de estrellas le dé por aplastarla, o el niño
la acaricie porque lo deslumbra.
Esta oreja me crece y me sucumbe, no escucha
mis plegarias ni escucha al cura con los Diez
Mandamientos.
El trigo en su pincel pestañea sobre la tarde, se mezcla con
el sauce,
con la paleta en la que se despinta ensordecido.

La oreja bosteza sobre mi hombro derecho y se inclina
para escuchar mi corazón.

La oreja se ha dormido.

Está soñando para adentro.



Hugo Francisco Rivella (Salta, Argentina, 1948).  Poeta merecedor del Premio Internacional de Poesía Rubén Darío 2016. Ha publicado libros como: «Algo de mi Muerte» (1981), «Yo, el Toro» (Alción, 2008), «De Fuego y Sombras» (2010), «Piedra del Ángel» (UAEMex Toluca-México, 2011), «Espinas en los ojos y siete poemas de barro» (El Ángel editor, Ecuador, 2014). Ha recibido premios de poesía como: los Juegos Florales Centroamericanos 1985, el Internacional Jaime Gil de Biedma, el Premio de Poesía Mística Fernando Rielo 2013 y el Internacional de Poesía en Paralelo Cero del 2016, entre otros.



La sangre quiere añadirse a las horas
al tiempo horadado por rumores
de sombras maquilladas.
La sangre guarda en su lecho
un poco de flores.
Y una voz
repite nuestras voces en un eco remoto
que no habla
pero afirma el secreto de los días.

Paura Rodríguez Leyton. Ha publicado «Del Árbol y la arcilla azul azul» (1989); «Ritos de viaje» (2002) «Pez de Piedra» (2020), «Como monedas viejas sobre la tierra» (2012), «Deshilvanando el misterio de la hierba» (2014), «Instante claro» (2018) y «Antología poética (edición bilingüe, con traducción de Emilio Coco, Italia, 2020). Con «Ritos de viaje» obtuvo el Premio Nacional de Poesía convocado por el Gobierno Municipal de Sucre (1999), y ha obtenido otros reconocimientos. Poemas suyos han sido traducidos a 17 idiomas.



Desde el nombre quebrado de las cosas

vino la muerte a olfatearla
la miró
desde el nombre quebrado de las cosas

pájaros carroñeros se llevaron los restos

vino la muerte a reclamar su hueso
con ese gesto hambriento
sobre los ojos

se apoyó en la luz
apenas encendida

como una rosa abierta
su corazón
no quiso darse

Anamaría Mayol. Profesora de Historia y Geografía, es autora de varios libros de poemas, entre ellos: «Riconto» Premio Fondo Editorial Pampeano, 2000, «Posiblemente somos Memorias en la Piel», Casa de las Artes, Ecuador, 2007; «De mares y de Sombras». Ha participado en numerosas antologías de cuentos y poesías publicadas en revistas nacionales e internacionales.



Tu ventana

Tengo tu ventana
abierta
sobre la palma del viento.
La respiración azotada
por la posible catástrofe del vidrio,
con la transparencia tensa
a punto de reventar al beso.
Le hablo a la partícula de arena
fundida en tu esqueleto…
al pájaro enjaulado en el rectángulo de madera,
al silbido enmudecido en la fragua
en el filo del corte recto y preciso…
La célula del médano
rendido al fuego
es entre mis manos
parte del hueco en la pared
que me deja ver
las mañanitas en sol o las tormentas quebradas
el paisaje sin frontera
aun en el encierro mismo
y con los ojos cerrados.

Candelaria Rojas Paz. (Tucumán, 1977). Poeta, Licenciada en Artes, Maestra de Plástica y Profesora de Expresión Corporal. Publicó «La gota» (Ediciones Último Reino). Fue cofundadora del grupo literario «Contratapa». Su obra poética ha sido reconocida con más de 30 distinciones, a nivel nacional y provincial. Es coordinadora por Tucumán del festival «Poesía en la Escuela». Ha compartido creaciones musicales junto a reconocidos compositores del país



El reino de los leves

Asumo mi diástole definitiva
mi demonio de la guarda
el arcángel parricida.

Asumo las ventajas de la orfandad
(esa antigua justificación de toda melancolía).

Sublimo en poemas y otros menesteres
la ruta sumergida
el caracol de la nostalgia
el cardumen en soledad.

Voy, navego, me hundo, me abismo
me precipito en mí.

Abrevo aprendo apruebo de mí.

Ya no me estorbo
prescindo de mi niebla un poco cada día.

Voy con menos lastre
menos pensativo
menos bobo.
Aéreo al fin
ocupo mi lugar en el reino
de los suelos

Óscar «Puky» Gutiérrez. Sus libros publicados son: «3 al hilo» (junto a Alejandra Barbery y Alfredo Rodríguez, en 2003); «Sobrevuelo en la ciudad de los anillos» (con el que obtuvo el Premio Nacional de Literatura “Santa Cruz de la Sierra”, en 2007), el mismo que luego fue publicado con el nombre de “«Sobrevuelo 2.0» en 2008 (reeditado en 2011), «Ciudades Interiores», poemario con el que obtuvo el Premio «450 años de Fundación de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra», y «Bitácora del asombro», una suerte de antología personal y la primera de sus publicaciones independientes (2014). Ha realizado antologías y es gestor cultural.



Presencias

Hay un largo camino hacia el alba
entre los juncos y el barro.
Brota el aliento de las víboras,
desvanece el murmullo de las ranas.

El relámpago apuñala
sombras violetas.
Tenso jinete comprueba
la desmesura del cielo.

Percibo cada beso de rocío
al borde del bañado.

En medio de sauces estrellados
la voz de mi madre regresa.

¿O soy yo quien va en su busca?

Ebrio de silencio prosigo la marcha
en la lenta crucifixión de la noche.

César Bisso. (Argentina, 1952) Es Licenciado en Sociología por la Universidad de Buenos Aires. Ha recibido la Faja de Honor de la Asociación Santafesina de Escritores y obtuvo, entre otros, en el género poesía, el Premio Regional «José Cibils» y el Premio Provincial «José Pedroni». Coordinó los talleres de escritura del Rectorado de la Universidad Tecnológica Nacional y fue coorganizador del Primer Festival Internacional de Poesía de la Ciudad de Buenos Aires (1999).



La portentosa mujer que no sabía hablar

Si vieras lo que sin ti duerme en un jardín en ruinas en la memoria,
Allí yo, ebria de mil muertes, hablo de mí conmigo
Solo por saber si es verdad que estoy debajo de la hierba.

Alejandra Pizarnik

debajo de la hierba nuestros nombres verdaderos clausurados en la piedra del encono duermen ignorantes de los significados que andan sin carcaza para defenderse qué extrañeza es para los otros el mirarnos deshechas rehechas nauseabundas reinas de burdeles imaginarios de bosques imperios y habitaciones vacías qué gracia les causa con qué conmiseración leen nuestras palabras líquidas los cúmulos de atrocidades que no van ni vienen porque no tienen nada que los mantenga fijos en una sola palabra si digo retórica quiero decir engaño pero también que me equivoco y no hay modo de organizar este big bang de ideas que no llegan a la siguiente neurona todo esto para decir que si vieras cómo de cuántas maneras distintas ensayo la coherencia y esta prodigiosa manera de fracasar soy yo pero no podrás nombrarme no seré el ejemplo de tu caso clínico la portentosa mujer poeta que no sabía hablar porque ¿recuerdas? nuestros nombres están clausurados no hay nombres y tú estás destinado a escuchar y al olvido estás escuchándome no digo nada para qué decir cuando cierres la página la ausencia de puntos será la continuidad de tu vida.



Andrea Rivas. (Puebla, 1991). Poeta y traductora. Ha ganado varios premios, como el Primer lugar en el Premio Punto de Partida (2017) de la UNAM en la categoría de poesía y el Boao International Poetry Award en 2019, entre otras distinciones. Ha traducido a poetas como Carolyn Forché. Traduce poemas en Cúculo de Poesía. Algunos de sus textos han sido traducidos al inglés, italiano y chino.



LAS PUERTAS DEL ABISMO

Cuando entramos por primera vez en el Museo del Visionario, las inmensas salas estaban completamente vacías. Berta y yo, naturalmente, fuimos sorprendidos con lo que pronto nos dimos cuenta de que no podía ser de otra manera. En otras palabras, el visionario que evoca el museo es quien lo visita. Este museo requiere que seamos visionarios para que pueda existir. Se alimenta de nuestra imaginación, los vislumbres de nuestros deseos, las semillas de nuestras pasiones más secretas.
Puesto que la realidad no siempre es lo que tocamos; la visión puede cambiar a lo largo del día, como sucede con las diferentes versiones de la catedral de Rouen o la Gare Saint-Lazare de Monet, o bien las versiones de la casa de luces y sombras de Magritte. Con respecto a la Gare Saint-Lazare, Monet dijo lo siguiente: Pensé que no sería banal estudiar en diferentes horas del día el mismo motivo y notar los efectos de luz que modificaban de una manera tan perceptible, de hora en hora, la apariencia y los colores del edificio. Y en cuanto a la Catedral de Rouen expresó lo siguiente: Las cosas no avanzan de manera constante, principalmente porque cada día descubro algo que no había visto el día anterior… Al final, estoy tratando de hacer lo imposible.

En realidad lo que Monet pretendía hacer, pintar, revelar, representar, e incluso intuir, es la luz. La luz es la protagonista principal en los cuadros de la catedral y de la estación de trenes. Monet quiso captar, a través del lienzo, lo efímero, quiso mostrar en pintura lo que capta una camára fotográfica, el instante único e irrepetible de las luces y las sombras. En cuanto a la casa de René Magritte, El imperio de las luces, siempre sorprende, ya que dependiendo de la luz del día, o la ausencia de ella en la noche, su fachada cambia, es como si tuviera la capacidad de quitarse y ponerse pieles dependiendo de su estado de ánimo. Aparentemente, los cuadros representan una realidad cuasi fotográfica; no obstante, si se observa con los ojos de la sensibilidad artística, se nota claramente una atmósfera misteriosa, como si recorriéramos sus estancias en semipenumbra, sin saber muy bien que podemos encontrar allí. El juego de luces y sombras es una alegoría del día y de la noche, esa dualidad que hace parte de nuestras vidas; pero sobre todo de nuestra interioridad; puesto que sus cuadros reflejan lo que somos como seres humanos, siempre navegando entre la luz y la sombra. Al respecto Magritte decía: Esta evocación de la noche y del día tiene el poder de sorprendernos y de encantarnos. Yo llamo a ese poder: poesía. Si yo creo que esta evocación tiene poder poético, es, entre otras razones, porque siempre he tenido el más grande interés por la noche y por el día, sin que jamás sienta una preferencia ni por el uno ni por el otro.

Es posible que el trompe l’oeil sea una característica de la visión, no de la imagen. Son nuestros ojos los que cambian de acuerdo con la intensidad de nuestra sensibilidad, además que la imaginación puede bromear con la realidad al punto de cambiarla. Así que cuando miramos algo es posible que sea la plenitud del invisible, y que nosotros vamos formando de acuerdo con nuestra intuición. No es otra cosa lo que nos dice Henri Cartier-Bresson: Debemos entrenar para mirar todo el tiempo, oscilando entre el consciente y el inconsciente en una especie de danza, practicando el dibujo inmediato, automático e intuitivo.

Y si recordamos todo esto es porque El Museo del Visionario es una visita, o un viaje, como quieran interpretarlo, al útero de un museo donde todo y nada ocurre. Las visiones, la imaginación, la intuición, el poder del visionario, son las herramientas del cerebro humano; ellas nos permiten entrar en un ámbito cuasi irreal; y, sin embargo, gracias a la palabra y a las percepciones, podemos tocar e incluso oler.
Es una obra en la que llegamos a dudar de su existencia. Y tal vez no exista, tal vez la casa vacía a la que entramos es una ilusión de nuestro estar en el mundo. Por eso, debemos alimentar su alma, con muebles, personajes, tramas. Como hacemos con la vida misma. Es necesario darle al mundo una nueva perspectiva en cada momento, porque de lo contrario estaremos simplemente repitiendo lo que ya pasó.

El arte, la literatura, el teatro, la poesía, la música o la danza, son herramientas aún más poderosas que el más poderoso de los alucinógenos. La palabra y la imagen son umbrales que nos permiten pasar de un universo a otro; son puentes que unen la realidad con la irrealidad; sin que pase la segunda a ser menos importante; por el contrario, los mundos imaginados pueden tornarse en mundos más importantes y más verdaderos que la realidad misma. El poder de la evocación, el poder del sueño y el estado de semivigilia, pueden conducirnos por terrenos espinosos, metafísicos, que nos revelan el otro lado de la existencia; ese otro lado que está siempre oculto, aplastado sería la palabra adecuada, por la razón. Una razón simbolizada por el potente foco que solemos poner sobre nuestras cabezas para evitar el juego de las sombras. Así tenemos la impresión de caminar por terrenos seguros cuando en realidad somos eternos funámbulos que luchamos por no caer al vacío, a la nada.

En cierta forma El Museo del Visionario podría ser una de las tantas imágenes de un espejo cóncavo encontrado en el Museo de la Inocencia de Orhan Pamuk; allí donde los recuerdos, pasados y futuros, encuentran miles, millones de imágenes repetidas; algunas reales y otras soñadas o imaginadas. Sin embargo, incluso donde las cosas se parecen más entre sí, más encuentran un punto de distinción que se ensancha como un abismo a medida que nos dejamos tragar por él. El tiempo y la experiencia no pueden hacer nada por esta lectura del infinito, porque solo la permanencia de una intuición abierta nos puede garantizar con cada mirada que nos descubrimos en todas las cosas. De esta forma, El Museo del Visionario es una invitación permanente a representar este abismo. Y no es de otra forma que Lautréamont dijo que la poesía debe ser hecha por todos.

Floriano Martins. Brasil, 1957. Poeta, ensayista y traductor. Ha escrito sobre música, artes plásticas y literatura. Tradujo a Federico García Lorca. Dirige la revista virtual «Agulha» y «Banda Hispánica». Entre sus obras poéticas, se encuentran los libros: Cinzas do Sol (Cenizas del Sol), 1991; Sábias Areias (Sabias arenas), 1991; Tumultúmulos, 1994 y Extravio de noites (Extravío de noches), 2001. También ha escrito ensayo.

Berta Lucía Estrada Estrada (Colombia – 1955) es escritora, poeta, dramaturga, crítica literaria y de arte, autora del blog El Hilo de Ariadna del diario El Espectador (Colombia). Integrante y secretaria del PEN Internacional/Colombia. Es librepensadora, feminista, atea y defensora de la otredad. Ha publicado doce libros. Ha recibido cinco premios de poesía. Algunos de sus artículos y poemas han sido publicados en medios nacionales e internacionales.



El infierno es una casa azul

El infierno es una casa azul
la lluvia sobre un expediente
un hombre despertando de un mal sueño
camina solo y que solo camina
cuerpos al agua destinados
como arden las últimas estrellas
así ardemos nosotros
yo sospecho la noche
transhgurada y sola
la noche constelada
donde tú y yo estamos
abriéndonos las vísceras
donde el hombre destrozado a palos
es un hombre
y el que autenticó su muerte natural
el que dijo que nada sucedía
el que firmó la autopsia
con qué ojos mira
con qué boca muerde
oh, dale muerte a los muertos
luz a los huesos hondos
ten piedad
que digo estoy azul
morada y suelta
como los vientos de la madrugada
que digo de quien sospecho yo
del cáncer de la ruina
de los ojos dorados
del hombre que me amaba
qué vientres me reclaman
vientres todos desnudos silenciosos
desde su sangre ahogados
el que murió no va a la guerra
no envejece
porque lloras amor
lloro por el asesino
lloro por el asesinado
porque vi cómo el muchacho
el condenado aquel abrazaba a su madre
porque vi enloquecer sobre el pasto
a un parricida
porque se me ha permitido ver.

Selva Casal. (1927 — 2020, Montevideo). Escritora y poeta, ha incursionado también en el ensayo y en las biografías de otros escritores. Parte de su obra ha sido traducida al inglés. Fue reconocida con múltiples premios, entre ellos, el Premio Morosoli de Poesía, de la Fundación Lolita Ruibal.



Las pequeñas ficciones y los cuentos de Luis Fernando Macías son, más que nada, preguntas en el reino de lo insondable, tanto de la existencia como del universo y sus metáforas. Frente al abismo, al pequeño ser humano solo le cabe la humilde reverencia o la tranquila aceptación de que un orden superior designa el curso de todo lo existente, lo demás es la belleza y el asombro que produce su intuición fugaz.

Luis Fernando Macías (Medellín, Colombia, 1957). Profesor de la Universidad de Antioquia. Ha publicado las siguientes novelas: Amada está lavando (1979); Ganzúa (1989); Eugenia en la sombra (2003); Morir juntos (2019) y Las muertes de Jung (2019). Los siguientes libros de poemas: Una leve mirada sobre el valle (1994); La línea del tiempo (1997); Del barrio las vecinas (1987); Los cantos de Isabel (2000); Memoria del pez (La Habana, 2002; Bogotá 2017); Cantar del retorno (2003); El jardín del origen (2009) y El libro de las paradojas (2015); Todas las palabras reunidas consiguen el silencio (2017). Los siguientes libros infantiles: La flor de lilolá (1986); La rana sin dientes (1988); Casa de bifloras (1991) Alejandro y María (2000); Así lo escuché… (2015); Quien no la adivina bien tonto es (2004); Señor, señora, adivine ahora (2015); Valentina y el teléfono mostaza (2018); No es tan gallina porque adivina (2018); Adivine pues (2020) y Cuentos infantiles para libros álbum (2020). Los siguientes libros de ensayo: Diario de lectura I: Manuel Mejía Vallejo (1994); Diario de lectura II: El pensamiento estético en las obras de Fernando González (1997); Busca raíz (1999); Diario de lectura III: León de Greiff, quintaesencia de la poesía (2015); El juego como método para la enseñanza de la literatura a niños y jóvenes (2003); El taller de creación literaria, métodos, ejercicios y lecturas (2007); El cuento es el rey de los maestros (2007). Los siguientes libros de cuentos: Los relatos de La Milagrosa (2000); Los guardianes inocentes (2003) y Los animales del cielo (2019).

Escrito por

Revista cultural y literaria de la Fundación Cultural Esteros.