Con el verso de la poeta Luisa Futoransky, homenajeada en el segundo Encuentro Esteros, «El poema, un cuerpo, un país. Así es la escritura», la Colección Flor del Espinillo ofrece una muestra de poesía producto de este encuentro, segunda antología editada por la Fundación Esteros.

Luisa Futoransky
(Buenos Aires, Argentina, 1939)
CON FRECUENCIA
con frecuencia pienso en las muescas de los campos
(de exterminio)
los débiles palotes
hechos con la última sangre de las uñas
casi en el cielorraso ante la boca
falsa
de la ducha
los calendarios de desdicha
borrando días con clavitos
en las cárceles
las rayitas que vamos dejando en los muros
con nuestras vidas
y espejean en algún calendario
de cierto firmamento
pintura, aunque sea de brocha gorda
dolorida y silenciosa
bien rupestre
a mis lectores
Luisa Futoransky. Desde hace 40 años reside en París. Egresó de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires. Fue conferencista en el Centro Pompidou de París y periodista para la agencia de prensa AFP. El gobierno francés la condecoró con el grado de Chevalier des Arts et Lettres. Vivió en China y Japón, trabajó como periodista y profesora de puesta en escena. Escribió las novelas Son cuentos chinos y De Pe a Pa o De Pekín a París. Sus obras han sido traducidas a ocho idiomas. Dirige la edición de la revista trimestral Patrimonio Mundial de la UNESCO.
Sus últimos títulos publicados son Humus… humus, poesía (Leviatán, Buenos Aires, 2021); Los años argentinos 1963-1972 (Leviatán, Buenos Aires, 2019, edición a cargo de Mariano Rolando Andrade), reúne cuatro volúmenes de poesía publicados originalmente en esa década, y Marchar de día (Leviatán, Buenos Aires, 2019).

Leopoldo Castilla.
(Salta, Argentina, 1947)
XXIII
En el patio, ahí, en el calor,
soy transparente.
Todavía no soy nadie en los espejos
pero sí el único que jamás va a volver
cuando se interne como un león
en los yuyarales del baldío.
Tengo tres secretos:
todas las noches, despierto,
veo descender la muerte por la escalera
y, dormido,
llegar
la lluvia de fuego del fin del mundo.
Y el tercero:
de día en el mercado, por una moneda,
un viborero me cuelga dos serpientes en el cuello.
A mis padres no les digo nada. Hay que ser hombre.
No saben tampoco que sé volar. Y desaparecer.
Porque todo está lleno de lo que no existe.
Que lo diga mi abuela Lola que no ve
y recuerda a los ángeles
o mi abuela Candelaria que apaga relámpagos
con una cruz de ceniza.
“Dónde andará ese chico” se preguntan, sin darse cuenta
que estoy en todas partes.
Un día me suicido para verme,
para acordarme de mí cuando sea grande.
Sé cuántos gallos asesina el alba
y que las tardes son una sola tarde. Aún no
terminé de contar las estrellas.
Por eso aquí no se muere nadie.
Del libro Manada
Leopoldo Castilla. Algunos de sus libros son: Coirón (2011), Guarán (2012), Viento Caribe (2015), El don del alabado (2019) y La última piel del mundo (2019), entre otros poemarios. Como narrador ha publicado La canción del ausente (2006) y El Arcángel (novela) (2007). Recibió premios nacionales e internacionales. Destacan los siguientes reconocimientos: Primer Premio Municipal de Poesía de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Primer Premio de Poesía del Fondo Nacional de las Artes; Libro de Oro del Año, instituido por Fundarte; Premio Internacional de Poesía Víctor Valera Mora que otorga el Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos, entre otras distinciones. El 2018, fue galardonado por toda su obra con el Gran Premio de Honor de la Fundación Argentina para la Poesía.

María del Carmen Jramoy
(Curuzú Cuatiá, Argentina)
PLEGARIA
Señor, si estás allí
¿por qué no acudes?
ya me es casi imposible
afrontar cada día.
Mi escasa fe se remonta
barrilete en vuelo no sé dónde.
Por lo leve
tal vez la lleve el viento
y llegue a Ti.
Devuélveme cargada de esperanza,
en ese mundo con que llegué a soñar
de igualdad, de paz y de justicia.
Pues hoy solo veo,
el dolor de los pobres,
la riqueza en las manos
de unos pocos,
la mentira atronando
y convenciendo.
¿Estás o ya nos has abandonado?
María del Carmen Jramoy. Abogada jubilada. Esposa, madre, abuela y bisabuela. Siempre, desde su niñez, escribió poesía y exclusivamente como necesidad de sus estados anímicos. Sus publicaciones son colaboraciones en libros o por cuenta de quienes la distinguieron con premios y menciones, o por la generosa invitación de la Dirección de Cultura Municipal y la prestigiosa Fundación Cultural Esteros. El resto permanece inédito.

Giovanna Benedetti
(Ciudad de Panamá, Panamá, 1949)
ÁTICO DE LA NOSTALGIA
No se entra ni se sale fácilmente en esta pieza.
En este ático sutil que es tentación y gusto amargo.
Macerada vendimia agridulce del recuerdo
que acaso se bendice y se maldice al mismo tiempo.
El ancho y la espesura de la estancia es lo que abruma.
La manera como encaja el polvo entre sus grietas.
Esa pantalla gris que cae como una manta
por encima del mosaico que divide los paisajes
y va cuadriculando las figuras y las cosas.
El ático es a la casa el más fiel de sus testigos.
Ferocísimo guardián de las pasiones vencidas
es el viejo candil que ya no tiene oficio
es la muñeca de trapo despatarrada y sin tripas
es la orquídea de nácar que un día perdió sus pétalos
y es ese último rectángulo de tiza en la rayuela
que hay que saltar a un pie
antes de llegar al cielo.
El ático penetra el corazón por las esquinas
y como una enredadera se filtra y merodea;
se va ramificando entre el polvo y la ceniza
imbricando contornos, dando aliento al olvido
fabulando nostalgias al doblez del altillo
en un lento, taciturno, murmurar de bajo ritmo
que fluye y que refluye como una triste ola.
El ático es un mar y como mar no tiene sitios.
No tiene esquinas ni paisajes
y sus figuras son revuelos
(temblores simplemente…)
espasmos trascendidos de brillo y de tensión
que se disuelven como gotas
en la ola de marea.
Nada flota jamás en el mar de la memoria.
Nada flota tampoco en el ático de la nostalgia.
Y porque así como es arriba, así es abajo
todo lo que aquí se hunde
es ya un naufragio.
Giovanna Benedetti. Es Doctora en Derecho, con especializaciones en derecho de autor y derecho de la cultura. Es poeta, narradora, ensayista y miembro correspondiente de la Academia Panameña de la Lengua. Fue, por muchos años, directora del Archivo Nacional de Panamá.

Gerardo Burton
(Buenos Aires, Argentina, 1951)
TANGOS I
cómo decirle
ya basta
cómo
a esta mujer
tan amada, tan
en veloces nubes
en
oscilantes embarcaciones
sobre el mar gris
cómo hacer que sepa
de este final
cómo
desatar los nudos de la vieja
pasión
cómo haber olvidado
que las siestas
son ahora heladas
vigilias
en playas extensas
adonde las aves vuelven
desde la bruma
de ella
Este poema pertenece al libro inédito El dulce de frambuesas.
Gerardo Burton. Reside en Neuquén desde 1986. Es periodista, editor de libros y escribe poesía. Sus libros más recientes son Radiofotos (2004); Tranvía 4 (2013), Heridas que no cierran (2017) y Cantares de junio (2021). Los publicados antes de 2007 se reunieron en Obra junta. En 2013 apareció La piedra y la raíz (artículos periodísticos). Editó varias antologías y plaquetes. Colabora en medios periodísticos digitales y en radios de su provincia. Gestiona los sitios http://www.lacebolladevidrio.blogspot.com y www.larosadearena.blogspot.com.

Coral Bracho
(Ciudad de México, México, 1951)
Que caiga esa lluvia fina
En esta oscura verdad
que abre sus mantos y sus ebrias mareas para protegernos, que abre sus alas tristes para ahuyentarnos,
para decir que sí,
que caiga esa lluvia fina frente al umbral;
que caiga como aleteo, como irrupción brevísima.
Como un mensajero que, empapado y ardiendo en fiebre, viene de lejos.
Trae los pliegos, trae las palabras.
Pero el dibujo de la lluvia se extiende
y no deja oír. No deja ver
lo que está sucediendo. Y es que
lo que se acerca,
lo que nos habla
y nos agarra de los hombros con fuerza,
lo que nos grita y nos sacude es la lluvia,
es el confín que se desdibuja.
Tiritamos, ardiendo, frente a esa puerta,
frente a ese puente levadizo que nadie baja.
Nadie se apresta a oír.
Esta verdad oscura, esta oscilante levedad
como el murmullo de un sinfín de murciélagos,
todos tanteando,
todos brotando a un tiempo en las despiertas
galerías de la sangre, todos tratando
de salir de las torres.
Para decir que sí,
que caiga esa lluvia fina contra el umbral,
que caiga sobre los muros;
que los vaya borrando.
Coral Bracho. Entre los últimos libros de poemas se cuentan «Huellas de luz» (Reunión de los primeros títulos, 2006), «Debe ser un malentendido» (2018), «Poesía reunida 1977-2018» (2019). Ha recibido, entre otros varios reconocimientos, el Premio Xavier Villaurrutia (2003), El Premio Internacional de Poesía Jaime Sabines-Gatien Lapointe, (Quebec, 2011). Libros y antologías suyas han sido publicados en varios países, y ha sido traducida a diversas lenguas.

Susana Szwarc
(Quitilipi, Chaco, Panamá, 1952)
¿SONREÍA?
Alguien arroja un huevo
crudo (podría ser también por agua),
hacia la zona de montañas, altísima,
justo en el lugar de las nieves eternas.
Ese gesto es trivial, tan cruel (casi)
como el gesto del asesino que arroja
cuerpos / al océano
pero que, por algún motivo del azar, se ve
en los ojos de la víctima, que le sonríe.
¡Ah!, cada día, cada noche,
la misma inconcebible pregunta:
¿por qué sonreía?
o aun: ¿por qué me sonreía?
Y cada vez
el verdugo cierra los ojos, aprieta los oídos
como esos niños atormentados por los gritos
de una madre todavía inexplorada, y se muerde
los labios.
—No hay que aceptar la pregunta— piensa.
No le dice a nadie lo que piensa.
Mientras la frase no le salga de la boca
nadie (nadie) contará el cuento.
Ahora (que alguna vez es siempre),
la dignidad de la montaña
resbala junto con la yema.
Hay manchas de luz.
La noche es negra y blanca:
como no saber si es de día
o se hizo pedazos la montaña.
Ninguna jarra para guardar un trazo
de la nieve, ni regazo.
Si algún tierno, tesoro,
deforme (¿yo, vos?)
mirara hacia allí diría,
entre lágrimas claro,
—¿cómo cuelga así? Cáscara, yema,
montaña.
La caída de qué letra, o paisaje
sin reparo.
¡Ah!, pero el tiempo no se queda quieto. Sopla.
Susana Szwarc. Publicó, entre otros libros, «Trenza»s, «Bailen las estepas», «El ojo de Celan», «La Resolana» (cuentos reunidos) y «Distancia cero». Libros suyos han sido traducidos a varios idiomas. Ha recibido diversos premios y becas, como el Premio Unesco en cuento y poesía; el Primer Premio Nacional Iniciación Poesía. Su blog es www.susanaszwarc.blogspot.com.ar.

Gustavo Wojciechowski
(Montevideo, Uruguay, 1956)
/ ÁRBOL
de mi abuelo vidriero apenas soy transparente
las várices de mi abuela materna viborean por mis piernas
la mancha del ojo de mi tía Irma me parpadea en el zurdo
se me deshojan las palabras como Margarita de madrina
gruñe cada tanto mi madre en mi mal humor
regurgita mi hígado en la garganta de mi padre
tengo la sed de mi abuela Anna en cada resaca
todas las flemas de mi Félix cangrejan mi esófago
las escaleras todas de mi padrino ruedan por mi cabeza
late cardíacamente mi padre pinchazo en el pecho
me cago por los intestinos de mi tumorada madre
¿de quién serán las uñas que me crecen por cada dedo?
muérome siempre cada vez que vivo
soy una caravana atravesando el desierto de mi ignorancia
De «Lengua a raz», Yaugurú, 2020.
Gustavo Wojciechowski. Diseñador gráfico, ilustrador, artista visual, poeta y editor. Su último libro —de casi una veintena de títulos de poesía— es «Lengua a raz». También ha publicado una novela, poesía visual y tipográfica, así como un par de CD con sus textos en colaboración con músicos y artistas multimediales. Ha fundado y trabajado en diversos sellos editoriales. Ha realizado varias exposiciones de poesía visual y tipográfica y ha participado en festivales tanto en el Uruguay como en el extranjero.

Moni Munilla
(Corrientes, Argentina, 1958)
OLVIDO
Yo conocí el mar.
Cuando cierro los ojos,
escucho el murmullo de las olas
siento la brisa fresca de ese viento
inabarcable que lo abraza.
Yo conocí el mar.
Hundí mis pies en la arena húmeda
canté a Alfonsina con su dolor de playa
arrojé promesas desde la orilla
le prometí volver
le supliqué creyera en mi palabra.
Yo conocí el mar.
Y ahora tengo tanto miedo
de no recordar
el vuelo de las gaviotas.
Moni Munilla. Es Profesora de Enseñanza Preescolar. Escritora y gestora cultural, tuvo a su cargo la sección Cultura del diario El Litoral de Corrientes (2005-2013). Miembro fundador e integrante de la Comisión Juvenil de la Sociedad Argentina de Escritores (SADE), Preside el grupo literario Marta de París. Entre sus últimos libros están: «La casa sola» (poesía), «Memoria de mis sitios amados» (poesía y micro ficción), «Demasiado lejos no es un lugar» (novela), «Cuentos con patas» (cuentos para niños).

Liliana Campazzo
(Neuquén, Argentina, 1959)
IV
Pájaro
Barrer la lluvia
ahora.
Chispazo de pájaro
en los ojos de esa mujer
que guía unos chivos.
Se cruzan sus ojos con los míos
esos que apoltronados
no se animan a meterse entre su piño
mis ojos viajan cómodos
junto a mi cabeza
dentro del auto.
Hay mujeres vivas
todavía.
Ellas saben esperar
caminan sobre la huella de una magia.
Llevan en sus bolsas otras plantas
otras piedras
otras plumas
no tienen ni una gota
de miedo
saben los nombres de los pájaros
los nombran
dicen en susurros
rayadito
chucau
loica
monjita
Estos ojos míos
cómodos
esta lengua mía
corta
estas manos mías
quietas
dicen
Pájaro.
Liliana Campazzo. Docente, coordinadora de talleres de escritura, talleres de Educación por el Arte, talleres de promoción de la lectura. Ha recibido varias distinciones, entre las que destaca: el Primer Premio de Poesía en la Fundación del Banco de Neuquén y el segundo premio por su poemario «Las mujeres de su casa» en el marco del Concurso Binacional Patagonia Chile Argentina en el año 1997. Su obra ha sido traducida a varios idiomas. Ha publicado también ensayo y ha trabajado como bibliotecaria.

Carlos Ernesto García
(Santa Tecla, El Salvador, 1960)
EL HÉROE MALDITO
A Thomas Edward Lawrence
La arena roja del desierto
que guarda el eco nostálgico
y martilleante
de las herraduras del inglés invasor.
La noche diamantina
que cubre con su capa de misterio
el horror de unas manos mutiladas
por el implacable filo de la espada.
El polvo que golpea los rostros
con la fuerza insultante de una bofetada
que se pierde entre las invisibles torres
que dominan las montañas.
La sed abrasante que corroe bajo el sol
las gargantas de los soldados de fortuna
que batallaron por rescatar el botín
para su majestad el Rey.
Carlos Ernesto García. Poeta, escritor, productor cultural y corresponsal de prensa. Autor de diversos libros de poesía. Su poesía, que aparece en numerosas antologías, ha sido traducida, a varios idiomas. Ha sido invitado a encuentro en diversos países. Su obra poética se ha llevado al teatro, la música, la pintura, la danza moderna y la escultura.

Catalina Boccardo
(Buenos Aires, Argentina, 1961)
Acá no hay palabras que hablen de los pájaros,
hay pájaros.
El ronquido,
piar,
en medio de lastimeros fracasos
del vuelo,
nido primigenio
romperse un ala
o una pata,
caer,
este mundo no dará reparo alguno,
aves trastornadas,
mismo aire,
desfallecen en verano sobre el pavimento.
Yo encontré la salvación, un pájaro herido.
Pía, siempre pía de felicidad.
Alegre y profundo, ni siquiera encoge sus plumones ante la lluvia.
Y ella se habrá creído muerta pero tenía dos vidas:
la de la melancolía
y la hondura
de este repentino hogar.
Catalina Boccardo. Ha publicado varios libros de poesía. Entre los últimos, destacan: «Formosa» (Suri Porfiado, 2015), «Rapsodia-Ensamble de Voces» (Mono Armado, 2015), «Punto Ciego» en formato de E-book, compilación de poemas y fotografías de propia autoría (Biblioteca las G. Naciones, País Vasco, 2017), «El viaje y el ombligo» (plaquette, Ed. Yaugurú, Uruguay, 2017), «Antología Federal De Poesía», CABA, CFI (Consejo Federal de Inversiones, 2019), «El Pico de los Pájaros» (Barnacle, 2021), «Bailar» (GG Editora, 2021).

Jorge Spíndola
(Comodoro Rivadavia, Argentina, 1961)
FLORCITA DEL YAO YIN
y aún no sé
de qué modo
me parezco a los cerros
pero vos me dijiste así
y ahora que anochece
me disuelvo con ellos
•
es tiempo de volver
a ser
aquello que nunca fui
•
la canción que persigue
la piedra
rodando en la arena
•
el brillo apenas
de la luna
hecha polvo
entre las olas
•
anochece
y ya es tiempo de volver
•
florcita del yao yin
imperceptible es tu color
y tu perfume embriaga
en la noche silenciosa
Jorge Spíndola. Es docente de Literatura Argentina y Literatura Latinoamericana en la Universidad Nacional de la Patagonia. Estudia la poesía mapuche contemporánea y la reinvención política de memorias, saberes y sus prácticas decoloniales en el presente. Entre sus libros están, entre otros: «Calles laterales» (Premio Festival de Medellín 2002), «Jerez Volcado» (2008), «Perro lamiendo luna» (2013) y «Flores encontradas – Peshake Rayen» (2021).

Stella Maris Ponce
(Concordia, Entre Ríos, Argentina)
¿QUÉ ES UN POEMA?
el poema es una mesa
para apoyar las palabras
y que descansen y revivan
sobre la misma materia
de la que están hechas
madera densa y oscura de ébano
por ejemplo, en versos herméticos,
o lustrosos y apreciados como el cedro
a veces, palabras con persistencia de roble
sin embargo, mi poema elije
el sencillo eucaliptus de corazón
fragante, bálsamo para la voz
herida que cambia corteza áspera
por lonjas suaves
tal vez el papel, en su defecto, resista
el tallado silencioso de la respiración
que poeta y carpintero comparten
en el arduo oficio de construir apoyos
Del libro «La Voz (Poemas del caleidoscopio)»
Stella Maris Ponce. Poeta, cantante y gestora cultural. Entre sus libros más recientes están: «Rituales de la noche», «Spirituals» y «Lavoz. Poemas del caleidoscopio». También publicó el ensayo «Sonidos y silencios de la utopía en la poesía y la música (Paraguay)». Ha sido incluida en varias antologías. Recibió el Premio Pregonero de la Fundación El Libro de Buenos Aires. Organiza la Feria del Libro de Concordia y la Región y coordina talleres de lectura y escritura. Realiza recitales poético musicales de jazz, blues, tango y poesía.

Carlos Battilana
(Paso de los Libres, Argentina, 1964)
SALVACIÓN
Levanto con pocas migajas
las posibilidades del día
el sol de la terraza
amanece
otra vez,
por suerte
sonreír ante lo evidente
—las plantas,
la ropa doblada
en la silla,
el muro manchado de gris—
como los marinos
en medio del mar
que conocen los márgenes
efímeros de salvación
y aun así, ante el inminente naufragio,
rodeados de olas gigantes
y sumergidos
en el centro de la tormenta,
respiran, no dejan de respirar,
reconocen en el aire,
frontalmente,
no la última
sino la primera oportunidad.
Carlos Battilana. Es autor de, entre otros: «Un western del frío» (2015) y «Una mañana boreal» (2018), entre otros. La editorial Caleta Olivia publicó «Ramitas» (2018), su poesía reunida. Sus poemas han aparecido en varias antologías. Realizó la compilación de las crónicas de César Vallejo reunidas en «Una experiencia del mundo» (Excursiones, 2016). Se desempeña como docente universitario.

Mariana Vacs
(Rosario, Argentina, 1967)
LA NOCHE DESDE EL AIRE
Desde el aire algunas ciudades
son la misma noche
Acabo de ver una convertida en rana,
la oí croar y desde lo bajo del mundo
esperaba verla saltar.
Algunas ciudades desde los aviones son arañas,
moscas, pequeños insectos que te atrapan
con sus redes iluminadas.
Tal vez esta rana está esperando su oportunidad.
Mariana Vacs. Es gestora cultural. Participó en varios Encuentros de Poetas. Colaboró en diversas antologías, revistas y publicaciones literarias. Publicó «Ínfimo Infinito» (2006) y «Espina de Maguey» (2012), «Nadie muere en su sueño» (2016) y La antología «personal Palabras gitanas» (2017). En 2018 obtuvo el Primer Premio Concurso de Poesía CR Ediciones y Club Universitario de Rosario por su obra «La misma noche», publicado por CR Ediciones, Rosario, en 2019.

Juan Felipe Robledo
(Medellín, Colombia, 1968)
OSCURO ORIGEN
De una turbia sensación nacen algunos poemas,
bloques pesados que se van deshaciendo entre los dedos
y pueden llegar a ser la pura sutileza, la levedad.
Estos desvanes sucios y oscuros no conocen un oasis
de sosiego,
la claridad los dejó de lado
y ningún héroe los recordará en el instante de la muerte.
Hacen que dudemos de la tarea de hacer versos,
nos preguntamos si será bueno ofrendar la vida a este ídolo
que no parece cambiar a nadie con su brillo tenue,
el temporal doloroso del corazón no alcanza a explicarnos
el sentido de este tránsito.
Pero hay florecitas sobre la tumba del olvidado escribiente,
mañanas de poemas sin término nos permitieron vivir en paz
con los ancestros,
y el oscuro inicio de esta canción nos ha dado fuerza para
cruzar la llanura.
La poesía es, también, esa mancha de grasa sobre la que el niño
dibuja el rostro de su madre.
Juan Felipe Robledo. Poeta, ensayista y profesor de Literatura en la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá. Ha publicado los libros «De mañana», «La música de las horas», «El don de la renuncia», «Luz en lo alto» y «Donde se usa la palabra alma», entre otros libros y antologías. Además, ha realizado selecciones de obras poéticas del Siglo de Oro. Ha recibido el Premio Internacional de Poesía Jaime Sabines y el Premio Nacional de Poesía del Ministerio de Cultura de Colombia (2001).

Lizette Espinosa
(La Habana, Cuba, 1969)
SUEÑOS VENECIANOS
Uno es lo que mira
Joseph Brodsky
Me sumerjo en una marca de agua
voy siguiendo un recuerdo que no es mío
la grieta, la humedad,
el muro que contiene el agua mansa
y la góndola acaso de los sueños
como un arcón en fuga, una palabra.
Es ese pez de piedra que sostiene
las infinitas huellas sobre un puente,
una luz que deambula, aquel viajero,
el canal donde un remo a ciegas traza
la ruta de las almas.
Y la estación de invierno que me invento
donde las algas hieden casi heladas
ya sin rostro ni origen
para que yo me pierda en los pasajes
que mutan como el agua en sus reflejos.
Lizette Espinosa. Ha publicado, entre otros: «Donde se quiebra la luz» (2015), «Por la ruta del agua» (2017), «Lumbre» (2018) y «Humo» (2019). Medalla de plata en el 2019 Florida Book Awards, Spanish Language Category. Ha sido publicada en varias antologías. Ha colaborado, además, como editora en diferentes revistas literarias. Desde el año 2003 reside en Miami.

Gustavo Tisocco
(Mocoretá, Corrientes, Argentina, 1969).
AL TÍO JORGE
Ya no eras tú
ya no estabas
solo eras un dolor agudo
un dolor como puñalada
como despedida
un dolor como cuando se muere joven
sin apenas haber vivido.
Todo era quejido
un estertor del monstruo que te anidaba
tu rabia
la mía
espejo roto que ya no es reflejo
el llanto de la abuela
las flores arrancadas.
Ya no eras tú
fuiste libélula transparente y luminosa
antes del monstruo voraz
que te invadió la casa.
Gustavo Tisocco. Ha publicado, entre otros: «Terrestre», «Quedarme en ti, Reina», «Hectáreas», «Perla del Sur», «Entre ventanas» y «Nueve poemas»; así como los CD «Huellas», «Intersecciones», «Corazón de níspero» y «Terrestre». Participó de diversas antologías y ha sido invitado a varios encuentros. Es el creador y director del sitio MISPOETASCONTEMPORÁNEOS desde el año 2006.

Santiago Javier Taboada Eudal
(Santiago del Estero, Argentina, 1970)
REVANCHA
Los muros emergentes de tus celos
vulneran el espejismo que anida en la mirada,
y el olvido que impregna su presencia
en las mañanas
disiente con premura en la hojarasca de la vida.
En complicidad con el oleaje,
en algún lugar de tus silencios,
brotan manantiales de ese fuego
que fluye prisionero en el hastío.
Los secretos se incrustan en la lluvia,
y se abandonan al deseo;
El destino inocultable del abrazo
invade la prisión de tus recuerdos,
la vida toma revancha y
escucha el palpitar
de las entrañas
Santiago Javier Taboada Eudal. Profesor de Castellano, Literatura y Latín. Ha publicado «Presa perfecta», y «Las marcas del amor». Obtuvo los premios: 1er Premio en Narrativa del concurso literario organizado por el IES N° 8 “Ángela Capovilla de Reto”, Santiago del Estero (1994); 1er Premio y 1a Mención Especial en el concurso Poesía Sachayoj ‘95, Santiago del Estero (1995); 1 er Premio en Poesía del Concurso “Manolo Serrano Pérez”, organizado por SADE Tucumán y Trascender Noa, San Miguel de Tucumán (2018); entre otros.

Xavier Oquendo Troncoso
(Ambato, Ecuador, 1972)
DIÁLOGO
Una buganvilla anaranjada
habla con el mar en buganvillo.
El mar no le responde,
la hace de menos.
No le presta atención a su vestido
ni a su tierra de raíz
ni a la canilla de su tallo
ni a su corazón de vanidosa enredadera
ni a su paso silente por el crecimiento
ni a su lenguaje vegetal y transparente.
Ella trata de decirle su mensaje,
ayudarle a parar barcos de olas,
secarlo de tanta espuma,
alcanzarlo para hacerse un poco de alga.
Pero su color de corazón de las papayas,
su postura tan reacia frente al viento,
la vuelven a su condición de terrestre
pese a toda la sal interna que la consume.
Xavier Oquendo Troncoso. Periodista y Magister en Escritura Creativa por la Universidad de Salamanca. Profesor de Letras y Literatura. Ha publicado once cuadernos de poesía desde 1993 y diez antologías de su obra poética. Ha incursionado en la narrativa y en la literatura infanto-juvenil. Fue seleccionado entre los cuarenta poetas más influyentes de la lengua castellana en «El canon abierto». Organizador del Encuentro internacional de poetas Poesía en paralelo cero y director y editor de El Ángel Editor.

Paura Rodríguez Leytón
(Bolivia, 1973)
El cielo
tiene un aullido
de lobo,
nos lame
larga y anchamente
con ternura de vaca.
Nos doma
en tarde rosada
que casi sangra,
vacía de silencios.
Acontece
entonces el tiempo:
ralo,
escueto,
digamos que corroído por el uso.
Insurrecto
resbala entre los dedos:
es nada.
Poema del libro «Pequeñas mudanzas».
Paura Rodríguez Leytón. Ha publicado «Del Árbol y la arcilla azul azul» (1989); «Ritos de viaje» (2002) «Pez de Piedra» (2020), «Como monedas viejas sobre la tierra» (2012), «Deshilvanando el misterio de la hierba» (2014), «Instante claro» (2018) y «Antología poética (edición bilingüe, con traducción de Emilio Coco, Italia, 2020). Con «Ritos de viaje» obtuvo el Premio Nacional de Poesía convocado por el Gobierno Municipal de Sucre (1999), y ha obtenido otros reconocimientos. Poemas suyos han sido traducidos a 17 idiomas.

Ernesto González Barnert
(Temuco, Chile, 1978)
DÉJAME ABRAZARTE EN EL FRÍO
no decirte nada en este país
donde todo es una revancha criminal.
Un jergón vencido que en cualquier momento
sacamos a la calle y rociamos de parafina.
Déjame mirarte hasta que seamos dos
contra el resto del mundo.
Una mirada cómplice en un pueblo fantasma
donde todes se apuntan con el dedo.
Mientras el último limón amarillo
que llamamos sol, cuelga del limonero,
se balancea silencioso, como nosotros,
entre el caos y el arte.
Ernesto González Barnert. Entre sus últimos reconocimientos están la Mención Honrosa Premio Internacional de Poesía Nueva York Poetry (2020), el Premio Nacional de Poesía Pablo Neruda de Poesía Joven (2018), el Premio Nacional del Libro a Mejor Obra Inédita (2014), el Premio Nacional Eduardo Anguita (2009), entre otras distinciones y becas. Sus últimos libros son: «Equipaje ligero» (2017), «Trabajos de luz sobre el agua» (2017), «Ningún hombre es una isla» (2019). Ha aprecido en varias antologías en su país y en el extranjero. Es cineasta documentalista. Trabaja en la Fundación Pablo Neruda.

Soledad Castresana
(La Pampa, Argentina, 1979)
LEGRADO
No pude terminar de limpiar sola. A veces una
no puede con todo. Hay que aceptarlo.
Hacer que otro raspe las paredes de tu útero
con una cucharita afilada mientras dormís
profundo por primera vez en mucho tiempo
es también una forma del amor.
De Que sangre (Caleta Olivia, Buenos Aires, 2019).
Soledad Castresana. Publicó los libros de poemas «Carneada» (2007), «Selección natural» (2011), «Contra la locura» (2015) y «Que sangre» (2019). Algunos poemas suyos forman parte de varias antologías, entre ellas: «Poetas argentinas 1961-1980» (2007), «53/70 Poesía argentina del siglo XXI» (2015) y «Antología temática de la poesía argentina» (2018). También escribe cuentos cortos y pequeñas crónicas.

Aixa Rava
(Tierra del Fuego, Argentina, 1982)
NIEVE
La última vez que toqué la nieve
mis manos recibieron las partículas
minúsculas de aquella otra
que alguna vez odié.
Una bola de nieve es como una bola de cristal:
puedo ver a través las calles blancas
las piernas enterradas hasta la rodilla
los techos cubiertos, las ramas vencidas
las huellas cimbreantes, barrosas
de los autos y camiones.
Puedo ver también las tardes
de juego en casa:
la danza en el living
el montaje en la escalera
mamá que teje y toma mates y nos mira.
Una soledad plomiza entra por las ventanas,
papá está lejos, en el campo
imprime sobre esta misma nieve
la rúbrica de sus borcegos.
La nutria que cuidamos está en mis brazos,
caliente el cuerpo se hincha y retorna,
nos mira hasta que se duerme y la nevisca
se funde con las voces de Sui Generis.
Mis manos aclimatadas se acoplan al fuelle,
la última vez que toqué la nieve
eché en falta ese pelaje denso
por sentirlo otra vez dejé
que me quemara el frío.
Poema del libro «La luz no se corta como el papel» (Ediciones con doble zeta, 2016).
Aixa Rava. Profesora en Letras por la UNCO, escritora y editora. Dirige el sello editorial de libros ilustrados Tanta Ceniza Editora y forma parte del Comité Editorial del Instituto de Arte Americano e Investigaciones Estéticas “Mario J. Buschiazzo” (FADU-UBA). Publicó «Barda» (Buenos Aires Poetry, 2014), «La luz no se corta como el papel» (Ediciones con doble zeta, 2016), «Los sitios de mi cuerpo» (Añosluz Editora, 2019) y «En el patio crece una planta rosario» (Qeja Ediciones, 2021). Participó en varias antologías.


Juan Suárez Proaño. Ecuador, 1993. Editor, poeta. Máster en teoría literaria por la USAL. Ha publicado cinco poemarios, el último de ellos, «Las cosas negadas», obtuvo el Premio Nacional de poesía Paralelo Cero 2021. Es editor en El Ángel Editor (Quito) y en Revista Esteros. Ha sido traductor de poesía y ha realizado trabajos de investigación en literatura ecuatoriana.