Emilio Coco, El amor tardío


Desde el norte de Italia donde reside, el hispanista, traductor y editor, responsable de gran parte de la traducción a su lengua de la poesía hispana contemporánea, comparte esta selección de su trabajo poético para Esteros Revista.

Las sílabas sonoras

A veces me pregunto si mi muerte
llamará la atención en este mundo
o acaso correré la misma suerte
de tantos otros que ya están durmiendo

en cajas que el olvido ha sepultado.
O si alguien en mi casa va a acordarse
del sitio que en la mesa yo ocupaba
y en el estudio sentirán los libros

que sus lomos mi mano no acaricia.
Condenados al fuego, pensaré
que no moví ni un dedo en su defensa.

Pero saldré de las moradas gélidas
templando el aterido corazón
con la llama de sílabas sonoras.

Nuestra casa

Vivimos en un gran departamento
ya sin hijos y libres del tormento
de que llegue el dinero a fin de mes,
sin sustos ni sorpresas enojosas.

Tú en tus quehaceres sola en la salita,
yo con mis españoles en mi estudio.
Ya no tienen espinas nuestras rosas,
sólo los dos y cada vez más solos.

Hace años que sólo nos reunimos
a la hora del almuerzo y de la cena,
y esperamos ansiosos el momento

de acostarnos, cada uno en su rincón.
Para casos urgentes de importancia
podemos recurrir al celular.

Mi única virtud

Después de trabajar el día entero
taladrando y poniendo las cortinas,
librándote de mí me has ordenado
que me vaya a la cama. Ya es manía

ofensiva salirte con la tuya
a toda costa. Tienes tanto yo
que ni a modo de finta se te ocurre
hacerme concesiones ilusorias.

Ya con un pie en la cama me has gritado:
Antes lávate, ensuciarás las sábanas
con todo ese sudor que lleva el cuerpo.

Obedecer es mi única virtud.
Incluso en las cuestiones del amor
el día y la hora los decides tú.

Justa venganza

Si llegamos los dos a noventa años,
yo medio dislocado y alelado,
y tú sana del cuerpo y de la mente,
derecha como un huso, ello se debe,

me dirás con orgullo, a tantas horas
de gimnasio y a largas caminatas,
mientras yo alimentaba el alma mía
con poesía y otras pendejadas,

te pregunto, si juntos alcanzamos,
yo hecho migas y tú como una rosa,
los noventa malditos en cuestión,

si por no haber seguido tus consejos
de mí te tomarás justa venganza,
encantada de todos mis achaques.

Nuestro amor

Di, ¿qué recuerdo nuestro quedará
cuando estemos ya muertos y enterrados?
Que no crean jamás que fuimos héroes,
y no hagamos leyendas de nosotros.

Que quede claro. No obstante, ojalá
una cuestión sea indudable al menos:
nos amamos. Lo digo en voz muy alta
ante Dios y ante el mundo, aunque hace un rato

te quería mandar al gran carajo.
Pero eso es lo normal cuando se quiere.
El amor es dulzura y es insultos.

Es victorias e infames rendiciones.
Puede hacernos palomas o bien hienas.
Nos hunde con las alas ya extendidas.

De «El amor tardío»

(Traducciones al español de Carlos Pujol)



Le sillabe sonore

Mi chiedo a volte se con la mia morte
avvertirà qualcuno in questo mondo
la mia mancanza o avrò la stessa sorte
di tanti altri che giacciono nel fondo

di una bara, sepolti nell’oblio.
Se nella mia famiglia noteranno
che a tavola c’è un posto ch’era mio
e i libri nello studio sentiranno

l’assenza di una mano sopra il dorso.
Già condannati al rogo, avrò il rimorso
di non aver per loro mosso un dito.

Ma verrò dalle gelide dimore
per riscaldarmi il cuore intorpidito
al fuoco delle sillabe sonore.


La nostra casa

Siamo tu e io nel grande appartamento.
Senza più figli e senza più il tormento
di far quadrare i conti a fine mese,
senza scosse e spiacevoli sorprese.

Tu nel soggiorno a fare le tue cose,
io nello studio con i miei spagnoli.
Non hanno spine ormai le nostre rose,
siamo solo noi due, sempre più soli.

Da qualche anno ci diamo appuntamento
solo all’ora del pranzo e della cena,
ed aspettiamo trepidi il momento

di andare a letto, ognuno al suo angolino.
Per le urgenze che valgono la pena
comunichiamo per telefonino.


La sola mia virtù

Dopo aver lavorato tutto il giorno
a fare buchi e sistemare tende
mi hai intimato, per togliermi di torno,
di andare a nanna. Ciò che più mi offende

è la tua brama di volerla vinta
ad ogni costo. Tanto il tuo io s’impone
che non ci pensi, fosse anche per finta,
di illudermi con qualche concessione.

Con un piede nel letto mi hai sgridato:
Lavati, che sporchi le lenzuola
con tutto quel sudore che hai buttato.

Obbedire è la sola mia virtù.
Persino negli affari dell’amore
il giorno e l’ora li decidi tu.


Giusta vendetta

Se arriveremo insieme a novant’anni,
io mezzo rimbambito e sgangherato,
tu dritta come un fuso e senza danni
nel corpo e nella mente, è il risultato,

mi dirai con orgoglio, delle tante
ore in palestra e lunghe passeggiate,
mentre io nutrivo l’animo mio amante
della poesia ed altre coglionate,

ti chiedo, ammesso che arriviamo uniti,
io ridotto in frantumi, tu perfetta,
agli stramaledetti novant’anni,

se per i tuoi consigli mai seguiti
ti prenderai di me giusta vendetta
esultando per tutti i miei malanni.



Il nostro amore

Quale ricordo rimarrà di noi
quando saremo morti e seppelliti?
Non vogliamo passare per eroi
né fabbricare attorno a noi dei miti.

Tutto questo sia chiaro. Ma vorrei
che almeno un punto rimanesse fermo:
ci siamo amati. E forte lo confermo
davanti a Dio e al mondo, anche se avrei

voluto oggi mandarti a quel paese.
Ma è normale se ci si vuole bene.
L’amore è dolci parole e anche offese.

È fatto di vittorie e infami rese.
Ci fa colombi e ci trasforma in iene.
C’inabissa con le ali già distese.







Emilio Coco. Hispanista, traductor y editor. Entre sus trabajos, «Antologia della poesia basca» (1994), «Tres volúmenes de Teatro spagnolo contemporaneo» (1998-2004), «El fuego y las brasas. Poesía italiana contemporánea» (2001), «Los poetas vengan a los niños» (2002), «Poeti spagnoli contemporanei» (2008), «Jardines secretos» (2008), «La parola antica. Nove poeti indigeni messicani» (2010), «Dalla parola antica alla parola nuova. Ventidue poeti messicani d’oggi» (2012), «Trentaquattro poeti catalani per il XXI secolo» (2014), «Con il fuoco del sangue (Trentadue poeti colombiani)» (2015), «Vuela alta palabra» (tres tomos, 2015), «Il fiore della poesia latinoamericana» (tres tomos, 2016), «Una goccia di luce inafferrabile. Antologia della poesia cubana» (en colaboración con Waldo Leyva, 2017), «La poesía italiana del siglo XX» (2017), «Le grandi voci della poesia ecuatoriana» (2018), «Antologia della poesia honduregna» (2019), «Il paese degli specchi. Antologia della poesia boliviana d’oggi» (2019) y «Antología de la poesía costaricana» (2020) además de algunas muestras de poesía argentina, nicaragüense y de la república dominicana. Está traducido a una docena de lenguas. En 2003 el rey de España Juan Carlos I le otorgó la encomienda con placa de la orden civil de Alfonso X el Sabio. En 2014 fue «Poeta Homenajeado» en el Festival «Letras en la Mar» de Puerto Vallarta. En 2015 recibió el premio «Catullo» por su labor de difusión de la poesía italiana al extranjero. En 2016 le fue otorgado el premio «Ramón López Velarde».