Luces, sombras, fragmentos, movimientos y despedidas transformando el cuerpo y las cosas aparentemente inanimadas; la poesía de Adriana Hoyos encuentra destellos en «la revelación de lo pequeño» y en aquellas cosas que sosiegan como «la promesa del hogar».
Por Carolina Zamudio
Cuento de la sombra
La sombra
Seguía al cuerpo
Situándose al lado
A veces
Se adelantaba
Otras
Lo perseguía
Se colocaba arriba
También abajo
En sombra yo me crecía
Mi madre dijo:
Hay gente sombra
Entonces
Me hice sombra
Me situé antes
Y también entre
Y hacia
Y sobre
Un día
Madre ya no estaba
En penumbra total
Hubo eclipse y frío
Entendí la oscuridad
Y contra todo augurio
Su sombra se hizo solar
(De «Biografía de lo invisible», Inédito)
Voces
¿Qué son estas voces que me habitan?
¿Acaso ecos de esos otros que he sido?
Fantasmas que me contienen
Esfinges calladas que me ocupan
Palabra
Escucha el silencio
Silencio
Viniste a tomar esta vida
Contempla la blanca hoja
Y el vasto desierto a tu lado
No partas hacia ninguna parte
Todo está aquí
Todo está en ti
(De «Otro lado», Huerga &Fierro)
Conozco el bosque donde se perdieron las princesas
Y los príncipes se convirtieron en sapos
Y los niños cantaron para huir del temor
Y la madre se acurrucó junto al oído
Y fue el sonido de la infancia
Hay un crujir de hojas secas y de huesos
Sílabas y silbidos de Sibila
Paraíso poblado de fantasmas
No quiero viajar a la Oscuridad
Dejadme ver a través de las hojas los rayos
Dejadme sanar con la cura de los destellos
Y el tobogán del arcoíris
La tristeza que nos encoge
La infamia que nos oprime
La rabia que nos paraliza
El miedo que nos atenaza
Dejadme asentar los pies en el sol de los tiempos
Hasta borrar el miedo con firmeza
Dejad que bañe mi cuerpo con otro perfume
Que pise el horizonte hasta alcanzar la luz
Quiero tus frutos aún vírgenes
Quiero tu inocencia
Quiero tu asombro
Tu verdad y belleza
Fundir los cuerpos hasta tocar tu alma
Besar tu silencio lleno
(De «Esa que canta hacia adentro», 2024, Sílaba Editores, Colombia)
Hilvano la niebla
Crezco con ella
Deshaciéndome
Borro mis contornos
Como un ser que se licúa
Hasta desvanecerse
Al fondo los árboles dibujan
Entre la bruma los animales
Filtrados por la tristeza
Esa que hace trizas la felicidad
La que quiebra el entusiasmo
La que nos anega en el llanto
La que nos hace insuficientes
Dormir con párpados leves
El sueño de los ojos abiertos
Ignorar las trampas del engaño
Con ojos que miran adentro
Ignorar las pesadillas
Ignorar los pasillos oscuros
El esqueleto del pasado
La futilidad de las cosas
(De «Esa que canta hacia adentro», 2024, Sílaba Editores, Colombia)
Hubiera sabido que me amabas
Hubiera ardido en deseos impíos
Hubiera aprendido a tocar jazz
A improvisar en las fiestas
Hubiera construido en arena
Mis sueños de astronauta
Hubiera quemado las noches
Me hubiera lanzado a la mar
Arribado a la bahía de Ha Long
Hubiera sabido que me amabas
Hubiera encerrado los Noes
Hubiera besado tus ojos niños
Tu pelo turbio e imperfecto
Lleno de maleza de parque
Hubiera ardido en quizás
Tal vez y todavías
Hubiera recitado versos inmortales
Hubiera acariciado la gracia
Aunque fuese tan solo un instante
Para deshabitar mi insignificancia
Hubiera bebido del vaso de fuego
Hubiera pulsado la armonía perfecta
Hubiera exprimido la esencia de todo
Hubiera sabido que me amabas
Hubiera descifrado a Leonardo
Hasta aprender el sentido del vuelo
Hubiera explorado Madagascar
Hubiera habitado el ojo de Chagall
Ahora giro con la danza del derviche
Experimento el escalofrío del alma
Hasta abrir las puertas del misterio
Que deshoja el mundo real
Reconstruyo mis fragmentos
Soy la suma de mí misma
Voy de lo visible a lo invisible
A través del ritmo de la belleza
Me debo oh Júpiter a Hermes
Mensajero y guía de lo arcano
A mi muerte transitaré un almíbar
Entre suaves esferas de mercurio
Bocanada de sonidos puros
Silbido pausado del universo
Hasta ser polvo de estrella
Después de circular en esta hoguera
Teatro y vanidad del mundo
Altiva y complaciente
Habitaré la ciudad en prosa
Hasta morar por fin en el poema
(De «Esa que canta hacia adentro», 2024, Sílaba Editores, Colombia)
Esa que canta hacia adentro
Esa que ausculta los sonidos
Esa que busca en la niebla
Y cose los silencios soy yo
En la fractura del cielo
En la dureza de la piedra
En el filo de la imaginación
Murmuro en el origen
Revelo un instante
-Sustancia de la memoria-
Mientras palpita en el aire
La risa áspera del tiempo
No soy la que escribe
Soy la que pregunta
No soy la que sabe
Soy la que cree
No soy la que conoce
Sino la que descifra
No soy la que se arrodilla
Sino la que se levanta
En la gracia de su linaje
(De «No es a mí a quien lees», Madrid 2022, Huerga & Fierro)
La Revelación de lo pequeño
La placidez del campo
Los niños en sus juegos callejeros
La madre en la ardua tarea cotidiana
Balbuceos infantiles
Una risa a punto de brotar
Onomatopeyas del aire a mediodía
Bajo la mimosa amarilla estalla la vida
Su mirada reposa en mis ojos
La olla en el fuego y la promesa del hogar
Aprendo así a esperar con paciencia y atención
La revelación de lo pequeño
(De «La mirada desobediente», Madrid, 2013. Devenir).
Adriana Hoyos. Escritora, cineasta y gestora cultural. Poemas suyos se han traducido a una decena de idiomas apareciendo en numerosas revistas y antologías de América, Europa y África. Ha publicado los libros «La torre sumergida» (Barcelona, 2009), «La mirada desobediente» (2013, Madrid). «Del otro lado» (2017), «Autobiografía con sombras» (2022), «No es a mí a quien lees» (2022). Este último editado en 2023 en Portugal bajo el título «Geometrias da voz». En 2023 una antología de su obra es traducida al serbio por Dušica Nikolić Dann con el título «Ono sto su mi donele reči». En 2023 le fue concedida la residencia artística «Coracle Europe Residency» in Tranås, Suecia, donde publica la plaquette «Fluir con el agua», con versiones de sus poemas al sueco a cargo de Frank Bergsten. En 2024 publica en Colombia «Esa que canta hacia adentro» y la antología «Lo que me trajeron las palabras».

Carolina Zamudio. Poeta y periodista. Señalada como una de las referentes de la poesía argentina de su generación. Publicó: Seguir al viento; La oscuridad de lo que brilla; Rituales del azar; Teoría sobre la belleza; La timidez de los árboles; El propio río; Vértice; Las certezas son del sol y La extensión de un deseo, entre otros, en Argentina, España, Uruguay, Francia, Colombia, Italia, Perú y Ecuador, por caso. Creadora de la Fundación Cultural Esteros (www.esteros.org). Vivió y trabajó en Argentina, Emiratos Árabes Unidos, Suiza, Colombia y Uruguay, donde hoy reside.
