Siete preposiciones de lugar, o siete máquinas del tiempo y del espacio que nos guardan un lugar para el siguiente viaje.
Siete preposiciones de lugar
1 / ilkle
los romanos tomaron este cerro
que tú subes en paz
solo una escaramuza con la niebla
un clavel abatido
se hace fuerte el otoño
en su feroz revuelta contra el verde
la nieve es un metal
que puede florecer en el crepúsculo
inmensidad rugosa
reflujo de quietud inalcanzable
aunque no quede constancia de nada
solo un bajorrelieve enmohecido
algo que el espacio vigila y tú
no te niegas a ver
2 / atuona
yo vi un árbol azul y lo pinté
también unas caderas amarillas
y un horizonte rojo cayéndose en pedazos
la realidad como leche de coco
bebida en una noche sin estrellas
son colores primarios
salvajes pero nada que temer
menos falsos que el oro
y todo lo que aguarda en el futuro
en la estación de orsay
mi tumba es de verdad laja enmohecida
entre vanidades resplandecientes
en mi estilete la oreja de van gogh
en mi alma la sífilis
3 / anglesey
a tu pesar no ser en este cuadro
la oveja trasquilada
que se estremece al sol
el panel de cristales asimétricos
donde una abeja lucha
reconoce la cera de otros años
los caminos de un mar a la deriva
que los granjeros cierran en el alba
con claveles de azufre
la belleza imantada escarabajo
con celeste boñiga que se orea
la fiebre y el rocío
enmarañados en este alambrón
y sus catorce púas enconadas
4 / galveston
los barbudos no pudieron remendar sus naves
los indios se sentaron con ellos y lloraron
en esta nueva luna no había oro
solo limaduras de corazón
otra historia que se trenza la cola
otro sueño como rueca atascada
testimonian la lanza y el violín
y una sonaja con su lengua bífida
hierro para marcar cien búfalos por hora
minúsculo cañón nunca devuelto
los barbudos son descabalgados por los indios
pero al cabo se quedan con la playa
rechina la nostalgia sin futuro
el sitio que serás si no te apuras
5 / córdoba
entre el castillo moro
y la central atómica
las ovejas rumian tu desazón
pueblos enjalbegados se alinean
sobre ceniza que no olvida el fuego
la neblina redonda
su olor anaranjado
noche abierta en canal por la razón
eco de charca seca
salida sin túnel en el reflejo
tu sentido solo aceptado por el rocío
la hojarasca con reverso de plata
su aridez de sudor
el veloz soneto pasa de largo
6 / malmö
pero esta vez la lluvia
es más que cópula molecular
en techos colorados de vergüenza
cae con una gracia y un ardor
que ni la noche podría imitar
y su silencio filtra lo indecible
sin la dulzura abstracta del arándano
una lluvia que se piensa azabache
y se incrusta en las paredes del vacío
el manantial de la respiración
la sed de encabalgarse como línea
y el lácteo café de pronto helado
con su relumbre torrencial te pierdes
la opacidad puede cobrar sentido
y 7 / sremski karlovci
no habrá cielo mañana en voivodina
te acaba de caer en la cabeza
el soldado ortodoxo que echa un ojo
solo en dos dimensiones
besa al beato de la frente grávida
luego clava su velita en la arena
ese cielo de todos
los que no tienen nada
la fe del universo que se encoge
el espacio intranquilo recordado
sin tiempo como tú
en el altar barroco
se extraña la tercera dimensión
pero del polvo se levanta el cielo
Víctor Rodríguez Núñez La Habana, Cuba, 1955. Es poeta, periodista, crítico, traductor y catedrático. Ha publicado diecisiete libros de poesía, casi todos premiados y reeditados, siendo los más recientes despegue (Premio Fundación Loewe, Visor, 2016), el cuaderno de la rata almizclera (Buenos Aires Poetry, 2017), enseguida [o la gota de sangre en el nivel] (RIL-Ærea, 2018), y la luna según masao vicente (Espacio Hudson, 2021). Han aparecido libros o antologías de su obra en once países de lengua española, y en traducción al alemán, árabe, chino, francés, hebreo, inglés, italiano, macedonio, neerlandés, serbio, sueco y vietnamita. Durante la década de 1980 fue redactor y jefe de redacción de la prestigiosa revista cultural cubana El Caimán Barbudo. Compiló tres antologías que definieron a su generación, así como La poesía del siglo XX en Cuba (Visor, 2011). Con Katherine M. Hedeen, ha traducido poesía tanto del inglés al español (Mark Strand, C. D. Wright, John Kinsella) como del español al inglés (Juan Gelman, Antonio Gamoneda, José Emilio Pacheco). Doctor en Literaturas Hispánicas por la Universidad de Texas en Austin, es catedrático de esa especialidad en Kenyon College, Estados Unidos. La suite que publica Esteros recibió el Premio de Poesía Manuel Alcántara 2021.